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Cabayo puede entenderse de distintas maneras:
-una propuesta de arte para el desarrollo comunitario y social
-una performance participativa para niñeces
-una sesión de juego e imaginación radical
-un taller para el fomento de la autonomía corporal y la prevención del abuso sexual infantil, el maltrato en los núcleos de crianza/ hogar, el bullying y otras formas de violencia sobre las niñeces
-un ritual
Este proyecto que inicia en 2021, dirigido a niñeces entre 8 y 11 años de edad, explora y promueve la autonomía corporal, el autocuidado y la expresión personal más propia, por medio del juego, la ficción especulativa, la imaginación radical y la fantasía -o, como me gusta más llamarla: ficción radical para futuros posibles-.
¿Qué es un cuerpo?
¿Cuáles son sus límites?
¿Quién posee el saber sobre mi cuerpo?
¿Mi cuerpo es solo lo que se ve de él?
¿Qué es mi cuerpo en relación a otros?
Mi cuerpo, ¿lo sé, lo (re)conozco, lo imagino, ...?
El cuerpo entendido como una experiencia que determina incluso antes del nacimiento cómo ha de vivir una persona, cuál es su destino y cuyas características son uniformes y universales a toda persona, es limitante de la experiencia de vida. Sin embargo, si a las niñeces les es permitido reclamar su cuerpo, cuidarlo, reconocerlo, hacerlo propio y también imaginarlo en la potencia de ser que representa y condensa, entonces este es liberador, además de un buen compañero en el recorrido vital de cada una y en el encuentro con otros.
Cabayo parte de la siguiente afirmación:
Cuando a una criatura le devolvemos el Cuerpo y le permitimos reconocer que su cuerpo es suyo -a través de esa noción de autonomía- estamos previniendo una serie de violencias estrictamente ligadas entre sí: la violencia intrafamiliar o en el hogar, el abuso sexual infantil y el bullying.
Este taller es un ritual, es un juego y es un reclamo para la reapropiación del Cuerpo, sus potencialidades y su agencia. En él cuestionamos la hegemonía de la mirada (¿mi cuerpo es solo lo que otros ven de él?) y de los espejos, para profundizar y recuperar otras formas de percepción de la corporalidad propia y de la relación con otras, así como también con nuestro entorno y lo que le habita.
Cabayo tiene una versión para adultez, en el que dirige la atención a mujeres, feminidades y disidencias sobrevivientes de violencia machista. En él, se explora la relación de las personas con su entorno y se pone en evidencia que la autonomía corporal es una herramienta fundamental para frenar la violencia patriarcal y reparar sus efectos en la persona sobreviviente.
"Cabayo" es un ejercicio implicado y compartido para recuperar el cuerpo; es una actividad sobre el reclamo tanto del espacio propio-íntimo como del espacio externo-público.
Esta actividad participativa está planteada desde una perpectiva anticolonial y lúdica.
Es un territorio fértil para la fantasía y lo sensible en el que se promueve el (auto)cuidado, la recuperación de la autonomía corporal y la relación intimidad-comunidad para la prevención del maltrato infantil y de la violencia sexual, a partir de un espacio basado en lo lúdico y la ficción especulativa como herramientas prácticas.
¿Cómo funciona?
La actividad tiene dos variantes: la sesión para niñeces y la sesión para adultas
La primera variante está formulada para niñes entre los 8 y los 11 años, y se puede realizar en una sala (ludoteca, espacio polivalente, aula, sala de danza) o en un jardín o patio cerrados
La segunda, está pensada para
personas adultas, en particular feminidades, personas disidentes de género y sobrevivientes de violencia machista
El taller “Cabayo” tiene una duración de 1h30min por sesión
¿Dónde se puede hacer?