Mi propuesta de abordaje implica la escucha con perspectiva anticolonial en la que la vivencia migrante, travesti y de consciencia mestiza es inherente al espacio de acogida propuesto.

Trabajo desde un posicionamiento de acompañamiento a personas, a partir de un enfoque traidor con respecto al psicoanálisis ortodoxo y la idea occidental de “terapia”, así como a la psicología positivista y sus diagnósticos normalizantes, que buscan la “funcionalidad” de la persona y la convierten en un recurso destinado a ser “útil”. Una característica importante del enfoque que propongo es que se prioriza la temporalidad particular de quien acude al espacio de acompañamiento, así como sus formas de decir, manifestarse y hacerse presente.

Insisto en que no es la persona la que debe adaptarse a un modelo de abordaje, sino este ser un compañero del atravesamiento del malestar que le aqueja a la persona y que le permita desarrollar la confianza en su experiencia subjetiva. En este sentido, invito, cuando el proceso lo solicita, a la hipnosis, a la interpretación de los sueños, a la imaginación radical, al encuentro con la espiritualidad y la ancestralidad a desplegarse en el recorrido propuesto por la persona misma que acude a ser acompañada.


Propongo un acompañamiento que da escucha y acogida oportunas cuando la cotidianidad desborda, cuando el pasado reaparece como repeticiones y, por lo tanto, parece obstaculizar el presente y el futuro en su devenir, cuando el deseo de vida reclama un lugar en forma de malestar, cuando las relaciones cercanas requieren resignificarse, cuando una crisis se desencadena y es necesario recuperar la imaginación y la poética propias que propician una oportunidad de transformación, entre otras, pero sin duda también propongo el acompañamiento cuando la persona reconoce su necesidad íntima de escucharse y decirse en un espacio sensible que le permita profundizar en su recorrido vital, ancestral y psíquico, sin que necesariamente haya un malestar desbordante en el momento específico en el que decide iniciar un proceso de acompañamiento.

Asumo un posicionamiento que cuestiona las jerarquías y renuncia a un lugar de saber (sobre la alteridad que acude a ser acompañada); invito a la duda desde una perspectiva crítica y sensible, así como al encuentro con el propio saber de la persona en acompañamiento. Mi objetivo como quien es invitada a acompañar procesos íntimos es el de apoyar a que la persona recupere su lugar en cuanto a su deseo de vida, su poética particular, su placer y su relación al juego y a la imaginación. En este sentido, mi intención como acompañante en el proceso de la persona es dejar de ser necesaria y que la ella pueda continuar por sí misma y sus relaciones en su recorrido.

Recibo personas de todas las edades e identidades, y en particular personas migrantes/ diaspóricas/ en movimiento a través de fronteras, racializadas/mestizas, trans-travestis o sexodisidentes en formato virtual y presencial.

Si tienes más peguntas, escríbeme un mail o contáctame por ig, para que podamos hacer una llamada y conversar.